viernes, 11 de diciembre de 2009

Los Rompecenas (parte cuatro)

Nuestro calendario de cenas, marcaba que faltaban solo dos para el final de la temporada, pero a esta altura nuestra nafta se iba terminando, la resaca golpeaba fuertemente en nuestros cuerpos y mentes y el presupuesto para afrontar semejante operativo empezó a agonizar. El panorama era desalentador, y muchos de los integrantes del grupo comenzaron con la idea de desistir. Según ellos ya habían tenido suficiente para un mes, pero Peter y especialmente yo, teníamos entre ceja y ceja el objetivo, como quien acompaña fijamente con la miraba un buen culo por la peatonal sin perderse un solo detalle.
Así que organizamos una reunión con los muchachos para tratar de convencerlos de que solo faltaban dos y que era posible, que no pierdan las ganas.

Los chicos compartieron la idea de que era posible un par de fiestas mas, pero tenían algo que no nos esperábamos, y era un arsenal de razones en contra y piedras en el camino por las cuales no debíamos o no podíamos asistir.

Entre ellas estaban: la primera cena era en un country muy lejos, imposible de colarse. La segunda era realmente imposible colarse, a esa si o si tenias que pagar la entrada, no había ningún tipo de oportunidad de entrar de forma ilegal sin salir con un balazo en la cien por algún francotirador.

Pero la gran puta, que chota mi suerte.- puteaba a mas no poder, no podía entender que nos íbamos a perder de las ultimas dos y no íbamos a completar el objetivo. Pero en ese momento, Peter con toda su templanza y su locura también, me dijo: tranquilo, vos fuma. Pero yo no fumo pelotudo! Me miro, me sobro y me dijo: es una forma de decir, salame! vos no te preocupes que lo vamos a lograr.

La primera cena era un viernes, y el lugar era algo parecido al fin del mundo, imposible de llegar, imposible de colarse sin tener un helicóptero.
O por lo menos eso era lo que creímos, hasta que el padre de Greg, nos alcanzo un mapa de la zona, que marcaba el camino de como llegar al lugar, pero con la curiosidad de que marcaba una entrada por el lado opuesto del country.
Hijo de puta! me siento Rambo planeando el rescate en Vietman, me dijo Peter. y Así fue, el operativo Rambo estaba en marcha.


Ya estaba cambiado, los zapatos lustrados, el machetito de como llegar en el bolsillo, esperándolo al gordo para que me busque, cuando siento sonar mi celular:
-Hola??
-Hola Juani!! Habla Lu, como andas?? (la novia de Leo)
-Bien, todo bien, vos??
-Bien, re bien, te quería preguntar una cosa...
-Si, dale, decime...
-Che, que podemos ir con las chicas también esta noche a la casa de Nico a ver películas con ustedes??
-Eeeehh...Eeeehhh..(Leo la putisima madre que te parió!!)
-eeeh? eeehh que?? dale decime, no seas malo....
-Es que...(en ese momento me di cuenta que Leo le había mentido a la novia que no iba a salir de joda y que solo se iba a quedar en la casa de Nico tranquilo)... No se la verdad si da para que vayan con las chicas...
-Pero por que??? dalee...
-(leo, te odio!! si ibas a mandar fruta, por lo menos avisame conchudo!) Es que no creo que se diviertan, es la típica juntada de hombres, aburrida, tomamos unas cervezas, hablamos de futbol, de chicas. Aparte alquilamos entera la saga de Rocky, las 6 películas, así que no creo que les interese...
-Uh, si tenes razón, la verdad que nos vamos a embolar mal ahí, bueno no importa otra vez será.
-Si si, otro día nos juntamos dale? te mando un beso, chau chau suerte!


Había transpirado mas que testigo falso. Estaba estresado y con ganas de estrangular a Leo, pero no había tiempo para eso. La bocina del gordo sonaba en la puerta de mi casa.

Seguí derecho, dobla por acá, guarda el bache, si, si vos dame bola que es por acá... Le decía al gordo, mientras todos los otros amontonados en el auto me puteaban al unísono.
-Acá es..., dije con total seguridad. Era una especie de tranquera de campo, todo desolado y mas oscuro que las mismas penumbras que cantaba el gran Sandro. Pero lo peor de todo, era que parecía que no habían cortado el césped en mucho tiempo, y era prácticamente un monte.

-No! sos un hijo de mil puta! me decía Ale, como hacemos ahora??
-Y bueno querido, habrá que entrar por ahí, señalando la tranquera que apenas se la veía entre los yuyos.

Me arremangue la camisa, y empecé a pechar entre la maleza, mientras un concierto de puteadas de todos los colores se hacían sonar a mis espaldas.
Nico alumbraba con su viejo celular con linterna, mientras los mosquitos del tamaño de una tarántula nos comían.
-Allá se ve la luz del salón! grito Greg... Callate pelotudo que nos van a descubrir! le decía Leo. Mientras el gordo saltaba diciendo: La verdad que lo de operación Rambo fue en serio, solo me falta el cuchillo de 50 cm.

Ya casi estábamos llegando, lo peor había pasado, estábamos muy cerca. Cuando escucho a Ale...
-Pero la concha de mi hermana!! me enganche el chaleco de mi hermano con un alambre que había ahí!
Todos nos cagamos de la risa, eso corto la tensión que había. Ya estábamos adentro, la música se escuchaba cada vez mas fuerte, ya nada podía salir mal.

Y así fue, esa noche transcurrió como todas las demás. Con Leo y el gordo bailando toda la noche, Greg puteando y muriendo de risa, como lo dice su personalidad contrera, Nico chamuyandose el primer vestido corto que veía y Peter y Ale enredados a un arbol del pedo que tenían. Yo mire a mi alrededor, mire toda esa escena, recordé todo lo que pasamos, y de verdad, me sentí feliz, me sentí en paz.

En paz, hasta la mañana siguiente. Nos faltaba una, y si no íbamos, sentiría que luche el campeonato hasta la ultima fecha y me agarro el síndrome del pecho frío. Eso no debería pasarnos. La ultima noche estaba cerca, e iba a ser inolvidable.

2 comentarios:

  1. Y por lo que parece la 4ta venía compliada hasta para Los Simuladores!!!!!!!!

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  2. buf.. qué peraza da el concepto calendario de cenas..

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