miércoles, 16 de septiembre de 2009

CEBOLLITAS II

Otra anécdota futbolera
Yo estaba en primer año de la secundaria, y en mi cole siempre se motivo el deporte, sobre todo el futbol, constantemente se armaban campeonatos y todo eso, y quiero aclarar que la cancha de mi colegio es la mejor de todos los colegios, es el Old Trafford de los colegios. Amaba y amo, esa cancha
Retomando, yo era de los mas chicos y una vez me anote en un campeonato, los equipos eran mezclados, se armaban con pibes de todos los cursos y algunos preceptores y profesores. Cuando vi mi equipo, me di cuenta de que era muy bueno, y teníamos muchas chances de ganar. El problema era, que yo era el mas chico, y siempre ponen al arco al mas chico o al que peor juega.
Les juro que fui al arco por ser el mas chico, a mis habilidades futboleras no las defiendo en un blog, sino en la cancha.
Volviendo al tema, ya iniciado el campeonato, en nuestro primer partido ganamos cómodos, nuestro juego se compara con el del Boca de Bianchi . Tuve algunas atajadas interesantes pero nada fuera de lo normal.
El siguiente partido ganamos 2-1, de este me acuerdo bien porque lo dimos vuelta con un golazo de afuera del área de un flaco ( nunca supe como se llamaba) que fue igual, igual al que hizo Zidane, por la Champions al Bayern Leverkusen.
Superado ese partido ya estábamos disputando las semifinales, y para este momento todo el colegio se paraba a los costados de la cancha, y entienda, yo tenia 12 años, los del ultimo año para mi, eran montañas peludas dispuestas a arrancarme la cabeza de un pelotazo, sumado a la gran cantidad de espectadores, y la presión de no querer tragarse un gol de mierda, que se escape entre las manos, o alguna desinteligencia con el defensa, hacían que la situación sea muy, pero muy preocupante para mi.
Metimos un gol y respire aliviado La presión era menor. Faltando poco para que termine el partido, se venían todos ellos a empatar, la situación estaba controlada, un par de tiros salieron altos y los otros no generaban peligro. En uno de esos tiros pedorros, al IMBECIL de mi defensor, se le dio por meter la manito, fue un claro penal. Pero el arbitro por X motivo, dictamino tiro libre en el borde del área. Yo, dispuesto a dejar el alma por el equipo, me fui al segundo palo para acomodar la barrera, y cuando volvía a mi palo veo que la pelota estaba entrando, cruzando la línea, besando la red y no entendía, nunca había escuchado la orden, me sentía muy boludo, muy responsable del empate del rival. El gol lo hizo un flaco de 5º, que le decían “el boliviano” jugaba con una remera de la Renga y unas zapatillas rojas, me acuerdo que festejo como si hubiera metido el gol que Maxi Rodríguez le hizo a México
Termino el partido con el marcador empatado. Fuimos a los tan odiados penales.
Sinceramente, pensaba que ya estábamos fuera, no me tenia nada de fe.
Pateábamos nosotros primero. Golazo de mi preceptor, era joven unos 24 años masomenos. Ahora estaba en mis manos, TODO el colegio mirando, el pateador acomodó la pelota, yo no sabia que hacer, si jugarme a un palo, si quedarme en el medio o esperar que patee para ver si llego, pero tome la decisión y me iba a jugar al palo izquierdo. El rival ya había tomado carrera, corría con toda la furia dispuesto a reventar el arco, y yo volé, sinceramente no le pegó muy bien y la pelota fue entre el medio y el palo que yo elegí, entonces no se me complico atajarla. El grito de todos los presentes me levanto totalmente la moral, me sentía Fillol. De nuevo pateaba mi equipo estábamos uno arriba, yo no quería ver, le di la espalada a todos y sentí el grito mas lindo que puede haber en el mundo, y mas si es al unísono de toda la hinchada. Ahora si, era MI momento, dependía de mi que el equipo ganara. Sinceramente no conocía al que iba a patear, pero ya estaba jugado, tenia que estar seguro. El NN le pegó, yo me iba a jugar de nuevo al palo izquierdo y antes de volar decidí quedarme en el medio y toque apenas la pelota con el pie, logrando que salga por un costado. Mi equipo me abrazo y los otros flacos me aplaudían, en ese momento fui feliz.
Pero no todo es felicidad. Nosotros veníamos con los ánimos por las nubes, nadie nos iba a parar. La final fue muy trabada, pelotazos, muchos laterales, pocas llegadas.
Pero en un corner nuestro, en el que todo mi equipo fue a cabecear, la agarró el arquero rival y saco un pelotazo que cruzo toda la cancha, cuando vi al delantero rival parado en el borde del área grande, le grité al único que estaba que cerca, que lo marque, lamentablemente, ese defensor no pudo hacer mucho, el delantero paro el pelotazo de su arquero y giro hacia mi, dejando en el camino a mi defensa, corrí lo mas rápido que pude para achicar el arco, pero no fue suficiente, le pego cruzado y yo a mitad de camino volé con la esperanza de tocarla y que no entre, pero fue inevitable, con la pelota rebotando adentro de mi arco y el rival festejando, yo me sentía muy solo, todo mi equipo se puteaba, todos se culpaban, pero yo se que el único culpable ese día fui yo, yo tenia que cuidar el arco, era mi responsabilidad, y tanta alegría que tuve e las semi, se desvaneció en un segundo. Me quede en el suelo un rato, quería retrasar el momento de buscar la pelota dentro del arco, pero mis compañeros me apuraban, tuvimos unas llegadas pero nada sirvió.
Termino el partido, perdimos 1-0, la tristeza me invadió, no quería pensar que era un partid mas, NO, yo quería ganar, hice todo lo que pude para ganar, pero no alcanzó

1 comentario:

  1. El fútbol siempre da revancha.
    me hizo acordar Holanda-Argentina en el 98 el último gol!

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