lunes, 28 de diciembre de 2009

El Valle (Parte I)

Sigo sin saber que cambiarle al blog, ya me aburre un poco, pero mientras tenga historias que contar va a seguir en pie.

Quizás lo mas lindo del colegio, es cuando pasaron varios años de egresar y uno se junta con los amigos y se acuerdan de todas las boludeces que hicieron, y se cagan de risa horas y horas.
Hoy les quiero contar uno de los viajes mas divertidos que tuve con el colegio. Fue en un lugar de Córdoba, no me acuerdo donde, pero era un lugar muy lindo, mucho verde un río, cancha de futbol, una pileta enorme. Fuimos con 3 profes, la idea era reflexionar un poco sobre el tiempo que nos quedaba en el colegio y todas esas huevadas.
Cuado llegamos nos acomodaron en LA habitación, si, LA. Una habitación para 40 pibes, un infierno para algunos un festín para otros.
Almorzamos, nos dieron tiempo libre, después de so hubo un futbol furioso y después del fulbacho algunos fuimos al río y los mas delicados a la pileta…
Uno de los “profes” (un gordo boludo que pensaba que era psicólogo) nos reparito a cada uno un poco de masilla (?. Y nos pidió que “hagamos algo” yo no entendía mucho, así que lo primero que hice fue una pelota. Bah no era una pelota era una bola de masilla, y así muchos de mis amigos fueron armando distintas huevadas. Hasta que por fin este gordo pelotudo que pensaba que era el Doctor Phil, nos sentó a todos en un circulo y nos empezó a describir a cada uno de nosotros dependiendo de lo que habíamos hecho con la masilla… UN PELOTUDO ABOMINABLE.
A mi me dijo que era un tipo al que le gustaban las cosas justas, parejas, que todo sea regular y prolijo… un sin fin de boludeces, que el creía que eran ciertas porque yo había tenido mucha paja de crear algo y entonces amase un bollito de masilla…
Paso es día, y a la mañana siguiente nos despertaron tempranísimo, para tener un desayuno artesanal… una mierda era dulce de leche y pan con manteca, de artesanal no tenia nada, pero ya estábamos en pie. Los muchachos ya se sentían como Tom Hanks en el naufrago, iban un día y medio sin saber nada del resto del mundo, a no les dije, no había señal en el dichoso lugar.
Averiguamos como podíamos hacer para mandar un mensaje o poder hablar por teléfono, y nos dijeron que teníamos que caminar hasta la segunda tranquera por un caminito de tierra, que hasta ahí llegaba la señal. Y así partió un batallón de 15 o 20 jóvenes con un objetivo en común, lograr contacto con la sociedad. Después de 5 o 10 minutos pasamos la primera tranquera y pensamos que la otra ya estaba cerca, no podíamos estar mas equivocados. Caminamos unos 20 minutos mas y el pelotón se achicaba cada ves mas, los soldados abandonaban la causa. Mas o menos después de media hora encontramos la bendita tranquera, y esperamos que aparezcan las barritas de señal en los teléfonos… y no pasaba nada, seguíamos esperando y no pasaba nada, hasta que se escucho un : ¡¡¡Yo ya tengo señal!!! el flaco mando sus mensajes, hizo unas llamadas y se fue, y en ese momento todos nos miramos y pensamos lo mismo, nadie dijo nada pero todos hicimos lo mismo, nos abalanzamos sobre el lugar donde había estado parado el flaco, porque aparentemente era justo ahí donde había señal (una boludes interesante la nuestra) pero como no todos entrábamos decidimos que íbamos a estar un rato cada uno. Fue lento el procedimiento pero todos terminamos felices.
Esa noche, antes de comer el gordo mamerto intento de psicólogo, pidió la palabra y dijo : Chicos, a ustedes les dieron sus piezas, y les asignaron un baño, hoy uno de ustedes entro a mi pieza, me comió los chocolates y me tranco el baño…”

martes, 22 de diciembre de 2009

Los Rompecenas (parte final)

Perdón por el cuelgue monumental de los últimos días, pero la facultad me tuvo hasta las pelotas. Ya ahora en libertad por este año, procedo a contar la parte final de los Rompecenas.

La mañana siguiente a la fiesta del operativo Rambo, fue practimente eso, como si Rambo se hubiera levantado la mañana siguiente de salvar soldados yankees en territorio vietnamita. Por lo menos un par de heridas de guerra y algún doloricito de cabeza seguro que tuvo.

Prácticamente arrastrándome entre la resaca y el cansancio atendí el teléfono esa mañana, era Peter y teníamos un problema.

-Hoooola?
-Boludo, soy yo, tenemos un problema
-(la puta madre, otra vez sopa) que paso ahora?
-La cena de esta noche es en XXXXX y ya sabemos que eso implica, es imposible colarse.
-que mala leche! vamos a tener que pagar!
-Y si, pero ese es el problema. Los chicos me dieron lo que tenían, y no llegamos a los 350 que necesitamos
-Uh!, y yo también estoy muy cortado de guita. que hacemos??
-Escuchame una cosa, te espero en la esquina de tu casa en dos horas, tengo un plan.
-Bueno, nos vemos ahí, un abrazo.

Al mismo tiempo que colgaba el teléfono mis esperanzas se cortaban también, conocía a Peter mas que a nadie y sabia que nada bueno podía salir de algo planeado en su cabeza.
Al mejor estilo zoombie me prepare un café, me di una ducha y fui a encontrarme con Peter.

-Mira, esto es lo que me dieron los chicos, llegamos a 200 mangos, y nos faltan 150, estamos en el horno.
-Si, bueno, vamos y le devolvemos.
-Estas loco! (Peter estaba muy seguro de su plan) vamos al casino y ganemos lo que nos falta
-Pero que tomaste veneno para ratas o todavía seguís mamado?
-Si boludo, haceme caso, vamos a ganar
-Me opongo, esa plata no es nuestra!
-Si la perdemos, los muchachos nos sabrán entender.

Y así partimos hacia el casino, y entre viejas viciosas, mozas preciosas muchas luces y viejos con pinta de mafiosos, empezamos a ver donde jugábamos nuestra plata.

-Maquinitas!! No boludo, es lo mismo que hacer caridad con un comedor nada mas que aca le das la plata al dueño
-Póker! No, mira lo que son esos personajes, nos van a dejar en bolas
-Black Jack! no, no tenemos tanta suerte
-Bueno, anda a cagar, ya no se que otra cosa puede ser...
-La ruleta!! si, si la ruleta!

Llegamos a la ruleta y pedimos 200 pesos en fichas. Yo miraba todo atentamente para empezar a jugar a varios números y zonas donde podía salir, pero en ese instante veo que Peter pone TODAS! TODAS! nuestras fichas (y esperanzas) al rojo...y NO VA MAS!!!

-Que haces infeliz!!!???
-Tranquilo, vos fuma.

En mi vida tuve tanto miedo, transpiraba helado y ya me veía pidiendo trabajo en algún lado para devolver la plata que este imbecil sin sesos nos hizo perder, cuando escucho....

Colorado el 36!!

Vamossss la gran putaa madre que me parió!! estaba a los gritos Peter, mientras a mi me volvía la sangre al cuerpo y el alma también.

No podía creerlo, Peter por primera vez en su vida había tenido suerte. Mientras yo cobraba esos 400 pesos Peter llamaba a los otros para avisarles que esta noche, iba a ser la ultima noche.

Y vamos la re concha puta de tu madre!! seguía a los insultos limpios de alegría Peter, fiel a su característica. Un fanático de las puteadas.

Esa noche Greg lo re cago a pedos a Peter, por tamaña demostración de irresponsabilidad, pero después de putearlo lo abrazo y beso tantas veces por conseguirnos las entradas que hasta dude de su sexualidad por momentos.

Y la noche paso como tantas otras, cerveza va, chicas vienen, Leo y sus pasos de cumbia dignos de una bailarina de pasión de sábado, Ale que andaba a los abrazos con todas las chicas que pasaban. Todo normal. Hasta que viene Nico y me dice, -Boludoo!!! el gordo esta tomando!!
-Whaaaattt!!??
-Si, no se que le pasa. Esta re en pedo ya, tomo un poquito y como no esta acostumbrado, se dio vuelta la cabeza. Miralo!! esta enloquecido.
-No! estamos al horno, en que nos volvemos de este country que queda en la loma del orto si el gordo no puede manejar??

En ese momento dijimos que Greg iba a dejar de tomar e iba a manejar el a la vuelta, pero habia otro problema...
Mientras yo entonaba un hit del potro Rodrigo me viene a decir Leo...
-el gordo desapareció!
-Como que no esta? Pero que mierda viejo eh? tengo que ser el padre de todos ustedes! A ver, prestame tu celular así lo llamo

-Hola gordo boludo a donde estas??
-Emmm, eeeehh, la verdaaad que no tengoo la mas puta idea..
-Como que no sabes??
-Es que empecé a caminar por la cancha de golf y bueh, me perdí...
-(AAAAAAAAAAAAAAAAAA!! porque estas cosas me pasan a mi?) Bueno, a ver, tranquilizate y trata de decirme que vez a tu alrededor...
-Veo un campo muy grande, un pozo lleno de arena y hay un hoyo de golf, creo que es el 47
-Pelotudo!! son solo 18 hoyos! A donde estas??
-Ahora voy caminando hacia el lago que hay acá, me voy a mojar un rato, me hace mucho calor, chau.
-Hola? hola?? gordo me cagaste la noche!!

No sabia que hacer, ni donde estaba el gordo, ni por donde empezar a buscarlo, estaba en bolas con la situación.
Cuando veo salir un carrito de golf a toda velocidad del Club House del Country...

-No, esto no me puede estar pasando a mi... Era Peter, manejando un carrito de golf, totalmente en pedo, siendo corrido por toda la seguridad de la entrada del country.

Voy a buscarlo al gordoooooooo!!! se escuchaba a lo lejos, mientras Greg daba vueltas en círculos como león enjaulado repitiendo, este tipo es muy pelotudo, es muy pelotudo, es muy pelotudo, este tipo es muy pelotudo, muy pelotudo es...

Pasaron 10 minutos, yo ya había invocado hasta la Virgen Desatanudos, el Gauchito Gil y empezaba mi negociación con Satanás, cuando veo volver el carrito, con el gordo desplomado sobre el, al mejor estilo jugador que se va lesionado de la cancha y Peter bajando y diciendo...

-Vieron?? les dije que lo iba a traer.

Cuando un seguridad lo reducía a Peter, nos corría del Country y nos juraban que nos iban a denunciar por los daños ocasionados.

Ya estábamos afuera, la noche había terminado, la temporada de cenas también, Greg manejaba el auto del gordo que estaba moribundo en la parte de atrás, mientras sonaba un tema de Arjona en la radio. Por primera vez en la noche estaba tranquilo, estaba feliz por completar el objetivo y por estar con mis amigos, mientras me cagaba de risa cuando Peter dijo que se sintió George Clooney en ER emergencias yendo a salvar al gordo.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Los Rompecenas (parte cuatro)

Nuestro calendario de cenas, marcaba que faltaban solo dos para el final de la temporada, pero a esta altura nuestra nafta se iba terminando, la resaca golpeaba fuertemente en nuestros cuerpos y mentes y el presupuesto para afrontar semejante operativo empezó a agonizar. El panorama era desalentador, y muchos de los integrantes del grupo comenzaron con la idea de desistir. Según ellos ya habían tenido suficiente para un mes, pero Peter y especialmente yo, teníamos entre ceja y ceja el objetivo, como quien acompaña fijamente con la miraba un buen culo por la peatonal sin perderse un solo detalle.
Así que organizamos una reunión con los muchachos para tratar de convencerlos de que solo faltaban dos y que era posible, que no pierdan las ganas.

Los chicos compartieron la idea de que era posible un par de fiestas mas, pero tenían algo que no nos esperábamos, y era un arsenal de razones en contra y piedras en el camino por las cuales no debíamos o no podíamos asistir.

Entre ellas estaban: la primera cena era en un country muy lejos, imposible de colarse. La segunda era realmente imposible colarse, a esa si o si tenias que pagar la entrada, no había ningún tipo de oportunidad de entrar de forma ilegal sin salir con un balazo en la cien por algún francotirador.

Pero la gran puta, que chota mi suerte.- puteaba a mas no poder, no podía entender que nos íbamos a perder de las ultimas dos y no íbamos a completar el objetivo. Pero en ese momento, Peter con toda su templanza y su locura también, me dijo: tranquilo, vos fuma. Pero yo no fumo pelotudo! Me miro, me sobro y me dijo: es una forma de decir, salame! vos no te preocupes que lo vamos a lograr.

La primera cena era un viernes, y el lugar era algo parecido al fin del mundo, imposible de llegar, imposible de colarse sin tener un helicóptero.
O por lo menos eso era lo que creímos, hasta que el padre de Greg, nos alcanzo un mapa de la zona, que marcaba el camino de como llegar al lugar, pero con la curiosidad de que marcaba una entrada por el lado opuesto del country.
Hijo de puta! me siento Rambo planeando el rescate en Vietman, me dijo Peter. y Así fue, el operativo Rambo estaba en marcha.


Ya estaba cambiado, los zapatos lustrados, el machetito de como llegar en el bolsillo, esperándolo al gordo para que me busque, cuando siento sonar mi celular:
-Hola??
-Hola Juani!! Habla Lu, como andas?? (la novia de Leo)
-Bien, todo bien, vos??
-Bien, re bien, te quería preguntar una cosa...
-Si, dale, decime...
-Che, que podemos ir con las chicas también esta noche a la casa de Nico a ver películas con ustedes??
-Eeeehh...Eeeehhh..(Leo la putisima madre que te parió!!)
-eeeh? eeehh que?? dale decime, no seas malo....
-Es que...(en ese momento me di cuenta que Leo le había mentido a la novia que no iba a salir de joda y que solo se iba a quedar en la casa de Nico tranquilo)... No se la verdad si da para que vayan con las chicas...
-Pero por que??? dalee...
-(leo, te odio!! si ibas a mandar fruta, por lo menos avisame conchudo!) Es que no creo que se diviertan, es la típica juntada de hombres, aburrida, tomamos unas cervezas, hablamos de futbol, de chicas. Aparte alquilamos entera la saga de Rocky, las 6 películas, así que no creo que les interese...
-Uh, si tenes razón, la verdad que nos vamos a embolar mal ahí, bueno no importa otra vez será.
-Si si, otro día nos juntamos dale? te mando un beso, chau chau suerte!


Había transpirado mas que testigo falso. Estaba estresado y con ganas de estrangular a Leo, pero no había tiempo para eso. La bocina del gordo sonaba en la puerta de mi casa.

Seguí derecho, dobla por acá, guarda el bache, si, si vos dame bola que es por acá... Le decía al gordo, mientras todos los otros amontonados en el auto me puteaban al unísono.
-Acá es..., dije con total seguridad. Era una especie de tranquera de campo, todo desolado y mas oscuro que las mismas penumbras que cantaba el gran Sandro. Pero lo peor de todo, era que parecía que no habían cortado el césped en mucho tiempo, y era prácticamente un monte.

-No! sos un hijo de mil puta! me decía Ale, como hacemos ahora??
-Y bueno querido, habrá que entrar por ahí, señalando la tranquera que apenas se la veía entre los yuyos.

Me arremangue la camisa, y empecé a pechar entre la maleza, mientras un concierto de puteadas de todos los colores se hacían sonar a mis espaldas.
Nico alumbraba con su viejo celular con linterna, mientras los mosquitos del tamaño de una tarántula nos comían.
-Allá se ve la luz del salón! grito Greg... Callate pelotudo que nos van a descubrir! le decía Leo. Mientras el gordo saltaba diciendo: La verdad que lo de operación Rambo fue en serio, solo me falta el cuchillo de 50 cm.

Ya casi estábamos llegando, lo peor había pasado, estábamos muy cerca. Cuando escucho a Ale...
-Pero la concha de mi hermana!! me enganche el chaleco de mi hermano con un alambre que había ahí!
Todos nos cagamos de la risa, eso corto la tensión que había. Ya estábamos adentro, la música se escuchaba cada vez mas fuerte, ya nada podía salir mal.

Y así fue, esa noche transcurrió como todas las demás. Con Leo y el gordo bailando toda la noche, Greg puteando y muriendo de risa, como lo dice su personalidad contrera, Nico chamuyandose el primer vestido corto que veía y Peter y Ale enredados a un arbol del pedo que tenían. Yo mire a mi alrededor, mire toda esa escena, recordé todo lo que pasamos, y de verdad, me sentí feliz, me sentí en paz.

En paz, hasta la mañana siguiente. Nos faltaba una, y si no íbamos, sentiría que luche el campeonato hasta la ultima fecha y me agarro el síndrome del pecho frío. Eso no debería pasarnos. La ultima noche estaba cerca, e iba a ser inolvidable.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Los Rompecenas (parte tres)

La segunda noche de cenas estaba a la vuelta de la esquina, así que esa mañana(bah, ya era pasada la siesta) en la que me levante, me predispuse a llamar a cada uno de los soldados para ver como estaban después de una noche que tranquilamente podría dejar resentido nuestro grupo. Ale estaba de lujo, le había dado a las aspirinas, Peter fue a full con el cafe y estaba listo, Greg no despertaba aun de su siesta, pero el no nos podía fallar. Así que llegada la noche, el segundo plan estaba en marcha.

El encargado de esta operación fui yo, habíamos conseguido 4 entradas, así que nos faltaban solo tres. El plan consistía en que pasaran de a dos, uno llevaba entrada y el otro no. El que la tenia decía que tenia que buscar a alguien adentro para que le diera la entrada de su compañero. Este pasaba y volvía con su misma entrada y se la daba al otro para entrar. (...) les dejo un par de segundos para que aplaudan esta maravillosa manera de colarse.

Todo salio de maravillas, ya estábamos adentro y con un par de cervezas en la mano, no podía ser mejor. Lo que no tuvimos en cuenta era que Leo se iba a emborrachar tan rápido. En un momento le pregunte al gordo que a donde estaba Leo y me dijo: -ahi esta, miralo...
No podía creerlo, estaba bailando el bals con una madre de un egresado, un caradura total. Al rescate de semejante papelón fueron Ale y Peter.

Eso fue lo único que recuerdo de esa noche. El estado en el que estaba fue producto de mucha cerveza mesclada con unos lomitos geniales que dieron al final de la joda. Al otro día con diferentes versiones fui recuperando información sobre lo que paso.
El gordo nos dejo a cada uno en su casa, y otra vez a recuperarse para la noche que se nos venia.


La temporada de cenas transcurrió así, de grandes noches, de muchas chicas, de mucho pero mucho alcohol, de gloriosas paradas en sangucherias a las 6 de la mañana y de una recuperación de la resaca con todas las técnicas conocidas.
Solo quedaban dos cenas, y estas iban a ser las mas importantes, se venían el operativo rambo, el todo por el todo en el casino y el final en la cancha de golf.
Todo esto en la parte final, no se lo pierdan.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Los Rompecenas (parte dos)

Los zapatos lustrados, los trajes planchados y unas corbatas que jamas se repetiran. El momento habia llegado y estabamos listos.

Pero antes voy a hacerles un breve resumen de la conformacion de esta banda ilegal pero muy simpatica lo puedo asegurar. Eramos siete, estaba Ale, una pila caminando, siempre se prendia en todas y siempre estaba dispuesto a bancarte y hacerte la segunda sobre todo si habia una cerveza de por medio, Nico es el tipico chico que le cae bien a todo el mundo, y que utilizaba sus contactos como nadie, enamorado del alcohol y sobre todo de las fiestas, Greg era la serenidad en la euforia, la razon en la locura, la amargura en la alegria, un tipo muy inteligente pero contra como pocos, nada que un poco de party no solucione, el Gordo era los ojos de seis ciegos por decirlo de alguna forma, era el unico que no tomaba ya que siempre salia en el auto, un verdadero bombero en los incendios. Leo era la motivacion del grupo, un verdadero romantico de la amistad, un poco iluso para mi gusto pero el era feliz asi, amaba salir con sus amigos mas que a nada en el mundo. Y quedabamos Peter y yo, que eramos la cabeza del grupo y practicamente los socios fundadores de la escuela de los rompebodas. Peter amaba tanto las fiestas, el alcohol y sus amigos tanto como yo, eramos la nafta de este auto.

Algunas de estas cenas se hacian en un country, por lo que era muy complicado colarse. Entonces Peter que tenia todo calculado, comenzo amistad con un chico que vivia ahi, totalmente a proposito y en pos del objetivo. Por lo que la noche de la cena caimos todos a la casa de este pobre muchacho, nos cambiabamos ahi y entrabamos como dueños de casa a la fiesta evitando la seguridad de la entrada. Una verdadera obra maestra del planeamiento.

Esa primera noche fue una inauguracion del grupo perfecta. Todavia recuerdo a Leo y Ale totalmente alcoholizados bailando sin parar, a Peter con dos vasos de cerveza en la mano y a Greg y el Gordo tratando de mantenernos en pie a Nico y a mi mientras nos chamuyabamos un par de minitas. Todo salio como lo esperado y lo sellamos con una parada obligada en la sangucheria mas cercana. Pansa llena corazon contento y a dormir y recuperar energia que esto recien estaba comenzando.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Los Rompecenas (parte uno)

Se acerca el final del año y busco darle un cambio de look al blog que lo tuve un poco descuidado este tiempo. Fin de año tiempo de balances, de mirar hacia atrás y observar el camino recorrido hasta el momento. Pero eso no lo voy a hacer yo, seguramente otras personas con mas ganas lo harán en sus espacios, yo por ahora, voy a contarles porque esta época del año es para mi la mejor de todas.

Creo que todos vieron la película de los "Rompebodas", una comedia de Owen Wilson y Vince Vaughn. Dos abogados amigos que en una determinada época del año, se colaban a los casamientos para levantarse minas, haciendo de esto practicamente una secta hasta con una codificación con reglas a cumplir y las mil y un artimañas para colarse.

A que viene esto al caso? es que cuando yo vi esa película hace unos años, me identifique totalmente con la historia. Y esto es porque hace unos cuantos años, cuando con mis amigos teníamos 17, 18, 19 años, nos colabamos a las cenas de egresados de los colegios.

Sentíamos una facinacion tremenda hacia estas fiestas, sin tope horario, en lugares increíbles, chicas muy hot y sobre todo alcohol ilimitado. Un coctel explosivo para unos amigos adolescentes. Seria el equivalente a viajar a Disney para una quinceañera o viajar a Machupichu para algun Hippie sucion.

Lo bueno de las cenas, aparte de lo mencionado, es que había una todos los días, y lo malo era el agujero de ozono que te hacia en el bolsillo llevar el ritmo de las cenas, ya que las entradas no bajaban de 50 mangos cada una. Pero para mis amigos y para mi, eso representaría la motivacion mas grande.

Así que inspirados en Owen Wilson y Vince Vaughn, con mis amigos nos planteábamos la misión de colarnos a la mayor cantidad de cenas posibles. Esta organizacion cuasi-mafiosa la conformábamos Nico, el gordo, Ale, Leo, Greg, Peter y yo. Siete cabezas dedicadas a un solo objetivo.

Así que al mejor estilo de los simuladores nos repartíamos las responsabilidades, todo elaborado desde noviembre para llegar a diciembre con el comienzo de la temporada de cenas lo mas preparados posibles.

Comenzaba diciembre, ya estaba todo listo, las trampas preparadas y el calendario marcaba lo que seria para nosotros una caravana interminable.

Así comenzaba la historia de los "Rompecenas"